En el diseño de esta cocina, la isla se ha hecho casi imprescindible por dos razones principales. En primer lugar, como elemento separador dentro de la estancia ya que se trata de un ambiente abierto, delimitando visualmente el espacio correspondiente a la propia cocina. Y por otro lado, para camuflar la inevitable columna y convirtiéndola en parte del mobiliario.
El falso techo rectangular, refuerza el efecto óptico y delimita mejor las áreas en el ambiente general de la estancia.
Es la remodelación de una vivienda de 320 m2 realizada por Remy Arquitectos en Belgrano, Buenos Aires. En este caso, la blanca isla tiene armarios por ambas caras e incluye un fregadero de 2 cubetas bajo la encimera de cuarzo blanco.
Enfrente, la zona de cocción con campana decorativa recta y el frontal de acero inoxidable como solución para proteger la pared. La estupenda combinación de la madera de acabado brillante con las vetas horizontales y el blanco de este modelo sin tirador, le dan un aspecto elegante y moderno.
El sentido horizontal de las vetas de la madera tiene la particularidad de que pierden su continuidad, como en el caso de las puertas de los muebles de columna.
Tampoco es algo que desentone si se trata de una madera sin vetas demasiado pronunciadas ya que el conjunto mantiene la armonía necesaria.