La cocina no deja de ser un lugar muy personal, donde cada uno puede expresar a través de ella su carácter y temperamento.
No se trata solo de un lugar con muebles y cajones con la única finalidad de guardar la mayor cantidad de alimentos, utensilios o infinidad de objetos, sino de un espacio donde se convive, se trabaja y se comparte.
Y por ello debe ser funcional y atractiva, para cada uno en particular. La cocina de su vecino/a puede muy buena para él/ella, pero no para usted. Los gustos y necesidades son distintos.
Son esos detalles los que marcan la diferencia entre lo standarizado o de serie y lo personalizado. Un buen ejemplo es esta cocina de una casa rústica, donde un estilo industrial se mezcla con lo moderno y rural y no sigue un riguroso patrón establecido.
Es una interesante solución resaltar el tubo de acero de salida de humos de la campana de isla, en lugar de tratar de ocultarlo. Igualmente, el horno simplemente apoyado en patas sobre la superficie de trabajo, deja debajo un espacio útil.
La isla se basa en una estructura metálica, que es otro detalle destacable. Cuenta con una superficie de madera que puede servir de zona de trabajo, barra para comer o para desayunar, aunque la cercanía de la placa de cocción y el fregadero no sea lo ideal.
En general, estupenda cocina. Vía Miss Design