La cuidadosa selección de maderas preciadas como el cerezo, el nogal y el roble además del fresno es clave para que los ebanistas y carpinteros puedan desarrollar su trabajo artesano en la cocina.
Se necesita habilidad, gusto y pasión para la producción de cada mueble tradicional, mientras que las técnicas de vanguardia entran en juego para potenciar la funcionalidad y los acabados refinados que requiere cualquier trabajo de calidad.
La madera lacada a poro abierto en color beige de este modelo de Lottocento, contrasta con la fantástica mesa de madera rústica que parece haber sido rescatada de algún viejo sótano y que se apoya sobre la cómoda isla donde está el fregadero y la estupenda placa de gas de cinco fuegos.
La campana de isla, los hornos, el frigorífico y la vinoteca, todos de acero inoxidable, son el toque actual al ambiente clásico del conjunto.
Es interesante saber que la madera que se utiliza en su fabricación, procede de áreas bajo reforestación controlada, según criterios de eco-compatibilidad definidos por la Certificación FSC, y solo la parte central y más seca del tronco del árbol, entra en el proceso productivo para transformarse en muebles apreciados y salubres.
La marquetería o incrustaciones en la madera, hacen de este armario un elemento personal y único.