Este es otro ejemplo de cómo la madera puede ser el mejor complemento de la cocina blanca, si queremos darle más vida y así evitar el riesgo de que al final parezca demasiado monótona e insulsa.
Es un estupendo modelo de Moser, un taller austríaco especializado en madera y muebles de alta calidad y está acabado en laca blanca, sin tiradores, sistema servo-drive en los cajones y encimera de Corian Blanco Glaciar.
Está compuesto por una isla de 3 metros de largo que contiene la zona de cocción, fregadero, lavavajillas y una pequeña barra para comer.
Detrás, zona de columnas con hornos y frigoríficos, que sirve de separación de otra zona de trabajo totalmente independiente y equipada que completa esta elegante y minimalista cocina.
Los frentes de estilo rústico de madera sólida de la isla, sin olvidarnos del suelo también de madera, proporcionan un impactante contraste natural sobre el luminoso fondo blanco.
Vía dyk360-kuechen
