El aspecto deseado de la cocina, está determinado no solo por los materiales con los que están fabricados los muebles, sino por los demás acabados que componen la estancia e incluso el resto de la vivienda.
Paredes, suelo, techo y demás elementos arquitectónicos, intervienen decididamente en el resultado final, independientemente de los detalles decorativos.
En este diseño, las paredes de ladrillo le dan personalidad y un cierto aire rústico, que se ve reforzado por la mesa y las sillas de madera sin tratar del office, además del suelo de hormigón pulido, obteniendo como resultado, un ambiente cálido y acogedor.
La gran isla es la única zona de trabajo, suficiente para preparar cómodamente la comida diaria o una cena para varios comensales y está equipada con una estupenda placa de gas Barazza y fregadero de una cubeta, soldados a ras de la encimera de acero inoxidable, como si fuera una sola pieza y que completa una campana extractora rectangular que hace juego por su acabado.
Cuenta con lavavajillas de integración total, cajones, caceroleros y una contrastante barra de nogal para desayunos con capacidad para 5 o 6 personas. El enchufe embutido en la superficie es un accesorio muy práctico en estos casos.
Por otro lado, en la pared posterior están ubicadas las columnas de almacenamiento, frigoríficos integrados, horno convencional, horno de vapor y microondas alineados a la misma altura y solo interrumpidas por una pequeña zona para pequeños electrodomésticos que deja a la vista una conveniente ventana.
Se trata de un modelo de Cococucine en chapa de madera de nogal y lacado gris, sin tirador visible, con la calidad de electrodomésticos Miele.
Una estupenda cocina moderna, elegante y con un aire rústico.