Las cocinas se pueden personalizar de muchas formas, a través de los colores, de los materiales, de los detalles, del estilo o de...un acuario.
Seguramente no es la manera más convencional de afrontar el diseño de una cocina, pero es una alternativa. Alli es donde entran en juego los pros y las contras, las necesidades, el estilo de vida o los gustos de cada persona, que pueden ser extravagantes.
El centro de atención de la estancia que comparte con el salón y comedor, es una pequeña isla donde está situada la placa de cocción sobre una caja de cristal llena de agua.
Mientras tanto, detrás se encuentra la zona de lavado con un gran fregadero de una cubeta bajo encimera, lavavajillas integrado, caceroleros con cajones interiores y módulos altos abatibles y batientes dispuestos simétricamente.
A la derecha de la pared, está ubicado el mueble de columna con el horno, microondas y una pequeña vinoteca en la parte superior, además de la nevera de cuatro puertas. Los muebles están totalmente ajustados al techo, sin necesidad de remates.
La isla no tiene más espacio de almacenamiento que un pequeño mueble lateral, donde está colocado el sistema depurador del acuario que sirve también de apoyo para la encimera. Además, dos cajones debajo de la placa que, al sacarlos, sirven de acceso al interior para el mantenimiento periódico.
La idea original está basada en la Ocean Kitchen de Robert Kolenik pero de un modo mucho más sencillo y adaptado al espacio limitado de la vivienda.
El modelo es un laminado lacado blanco brillo con tirador de aluminio en el canto y encimera de Compac blanco de 2 cm, que también se ha colocado en la pared frontal, haciendo un conjunto homogéneo, que combina con cualquier ambiente.
Decorativa y original.