Cocinar, comer, trabajar, compartir y convivir. Son algunos objetivos de una vivienda actual, joven, práctica y social, donde se interactúa con el ambiente y sin olvidar el orden necesario y una estética cuidada.
Para ello, un espacio sin divisiones, donde cada zona esté conectada entre sí, es ideal para lograrlo. Y el mobiliario juega un papel primordial, como el de este pequeño apartamento, estupendo proyecto de Gabi López y Mónica Kucher de la firma argentina Arquimadera.
Amigable, flexible y adaptable
Lo que parece ser un gran mueble de 8 metros de largo con una sola finalidad, es en realidad capaz de alojar las zonas de la cocina, el comedor, la biblioteca y la sala de estar, televisión y audio, ofreciendo un aspecto de amplitud, a pesar de tratarse de parte de una vivienda de solo 45 metros cuadrados.
A la izquierda, están ubicados el frigorífico, horno y microondas, en un módulo independiente que no está a vista del resto del área social y del que parte la mesa de comedor.
Enfrente, todo empieza por un par de armarios para escobas y despensa, para seguir con la zona de trabajo de la cocina, fregadero y placa de cocción.
Un modelo minimalista en laminado blanco
En la parte superior y junto al techo de acabado hormigón, están situados armarios con puertas, al igual que a lo largo de todo el mobiliario y debajo de ellos, repisas color madera que se repiten en la zona de la biblioteca.
El modelo, sencillo y minimalista, está fabricado en laminado blanco y roble, sin tirador, con encimera de Neolith Artic White y tapa de la mesa del mismo material.