A veces solo hay que querer menos para obtener más. Ese es exactamente el caso de esta cocina en alto brillo blanco.
No hay detalles innecesarios, estantes o adornos. Una intemporalidad pura que hace sentir un entusiasmo y tranquilidad únicas. Los elementos de diseño seleccionados con precisión, se han fundido en un solo conjunto formando una unidad compacta, que acompañará por mucho tiempo a sus usuarios.
Uno de los detalles que dominan la escena, es esa pared de ónix que parece establecer las reglas del orden y el estilo de vida que debe predominar en la estancia.
Por un lado, la isla. Está dotada de una encimera porcelánica Neolith Basalt en un elegante acabado negro, un sitio perfecto para preparar cómodamente cualquier receta y disfrutar haciéndolo.
Y con sitio de almacenaje en la zona inferior, siempre listo a ayudar a transformar las ideas culinarias en realidad.
Además, la gran barra maciza de roble crea una agradable zona social, tanto útil como decorativa. Mientras tanto, debajo del muro de piedra está situada una gran superficie de trabajo con la zona de cocción y fregadero bajo encimera, lavavajillas integrado y cajones y caceroleros en 3 niveles.
No podía falta el sistema de extracción de humos. En este caso se ha optado por la campana de techo, porque no representa un obstáculo visual sobre la pared y por supuesto, por su eficiencia. A su izquierda, el frigorífico combi de integración, microondas, cafetera y horno, completando el pequeño bloque de columnas.
Se trata de un modelo en blanco brillo con tirador uñero, que casi siempre son una buena apuesta si se combinan adecuadamente. Es un interesante proyecto de la firma eslovaca Domoss. Una estupenda forma de afrontar momentos especiales que perduran.